lunes, 1 de febrero de 2010

Mis experiencias en el sector eólico (1ª Parte).

Diez meses estuve trabajando para esta empresa (ENERCON), tiempo en el que aprendí muchísimo sobre accidentes laborales, a como evitarlos y también gestionarlos. Como bien se ve en la siguiente imagen, en este trabajo estaba siempre presente el riesgo de caídas y todo tipo de golpes, por eso toda la protección que llevo yo mismo puesto y mi compañero, donde podemos ver, protección contra caída de objetos (casco), protección auditiva (orejeras en el casco) y protección visual contra los rayos ultravioletas o virutas de algún metal (gafas protectoras).


Lo que más me llamó la atención cuando entré en ENERCON fue la importancia que le daban a esa cuestión, tanto que antes de poder subir a una torre debíamos dar un curso de riesgos laborales en altura de 8 horas de duración, tanto práctico como teórico. En este curso pudimos ver como debíamos ponernos el arnés de seguridad y como debíamos actuar si presenciábamos un accidente, además de muchos otros detalles que me sirvieron realmente mientras estuve trabajando con ellos, más adelante, en la segunda parte, contaré alguna mala experiencia que tuve.

En esta otra imagen se puede ver claramente la altura que puede llegar a tener un molino eólico, en este caso tenía 82m de altura de base a buje con dos de las tres secciones de hormigón y la tercera de metal, por eso las rejillas de ventilación intermedias:


El acceso al mismo se hacía por una puerta que había en la base y la ascensión se hacía a través de una escalera totalmente vertical que estaba pegada en el extremo interior. Nuestros arneses tenían una especie de arandela de acero en la que se enganchaba lo que le llamábamos el "runner" (corredor), que no era más que un sistema con unas ruedas que se metían por una guía que tenía la escalera, y si el propio sistema detectaba una caída, se abría por detrás un gancho que se fijaba en la guía de la escalera, evitando así una caída mayor desde la escalera, y posiblemente una muerte espantosa. Un detalle curioso que nos dijeron en el curso, es que si alguna vez nos caíamos desde la escalera, que no nos preocupáramos por el dolor de la muerte, ya que el sistema nervioso en caídas de esa magnitud, bloquea el cuerpo provocando el desmayo y haciendo que en el golpe no sintamos ningún dolor, lo malo en este caso sería quedar vivo o moribundo.

En esta otra foto podemos apreciar la maquinaria que usábamos con el peligro que eso conllevaba y las medidas de seguridad que teníamos:



Se puede ver también perfectamente el tamaño de las piezas con las que trabajábamos y el peso que tenían, trabajar ahí era un riesgo constante.

Además disponíamos de containers dónde teníamos una cocina por un extremo y un taller por el otro, en la parte de taller se encontraba todo el botiquín con vendas, limpiador de ojos y toallitas desinfectantes entre otros y demás elementos para después de un accidente.



Continuará...

No hay comentarios:

Publicar un comentario